LA LUNA LLENA Y LA NINFA.

por Joana« volver atrás

 

La oposición entre los luminares produce la Luna Llena, es decir, presenta su fase de máxima plenitud, cuando es fecundada por la luz solar en su totalidad. La Luna Llena es la fase de la fertilidad, de la guerra y del sexo; simboliza a la oposición, tanto en su carácter de enfrentamiento como de unificación creadora de los opuestos, como el Cielo y la Tierra.

 

Es la fase correspondiente a la Ninfa, que nos permite adentrarnos en el mundo de esas mujeres jóvenes que pueblan los campos, bosques, manantiales, ríos, fuentes y lagos.

 

 

Los hombres solían invocarlas en tiempos de sequía, frente a lagunas y manantiales mediante ruegos y sacrificios. Las Ninfas no sólo tenían grandes poderes para atraer a la lluvia, sino también podían sanar a los enfermos que se bañaban o bebían en sus fuentes. Nadie debía profanar sus aguas, pues el que lo hiciera podría suscitar su ira y adquirir extrañas y misteriosas enfermedades, tales como la locura y la parálisis.

 

Las Ninfas, dependiendo del sector de la naturaleza que le corresponda, tienen diferentes denominaciones:

Las Náyades del agua dulce.
Las Oceánicas del mar.
Las Dríades de los bosques y encinas.
Las Melíades de los fresnos.
Las Orestíades u Oréades de las laderas y cimas de los montes.
Las Amadríades que protegían los árboles individuales, junto a los cuales nacían y compartían su destino.
Las Agronomoi  de los campos.

 

Su faceta orgiástica nos remite al dios Pan y a los promiscuos sátiros de inagotable potencia sexual, cuya lascivia les llevaba a perseguir constantemente a las Ninfas que habitaban en los bosques y montañas. De ellas nos viene la palabra ninfomanía, para denominar la naturaleza extraordinariamente ardiente de algunas mujeres.

 

Con la Luna Llena también estaban relacionadas las prostitutas sagradas, sacerdotisas que por su buena cuna o por haber sido raptadas para este fin, estaban al servicio del dios del oráculo al que pertenecían. Su cometido consistía en entregar el cuerpo a todo aquel que fuera al santuario con este propósito. Los hijos nacidos de un desconocido y de una de estas sacerdotisas, eran adoptados por la divinidad a quien estaba consagrado el oráculo, y por tanto, eran considerados héroes, como hijos de un dios y de una madre mortal.

 

La Luna Llena representa la fase de máxima plenitud de los seres vivos, el momento en que todo lo adquirido y asimilado a lo largo del crecimiento puede empezar a dar sus frutos.

Por eso es la luna fértil y fecunda, lo mismo en la faceta meramente física que se manifiesta a través de la procreación, como en la espiritual y la creativa.

Es la única fase en que la luna es inmortal, pues su inmortalidad radica en su fecundidad, en lo que puede dejar tras de sí en sus obras, en sus hijos y en sus creaciones. Es la luna encinta por la luz del Sol, la luna que lleva dentro de sí el germen de la vida, la promesa de su perpetuidad impresa ya en sus ciclos.

 

Joana.