El laurel o lauro es un arbusto o árbol perenne, perteneciente a la familia de las lauráceas, a la que da nombre. Es originario de la zona Mediterránea y sus hojas son utilizadas como condimento en la cocina. Para que sean más agradables al gusto y al estómago, en la cocina, las hojas de laurel gozan de grandes prerrogativas cuando se trata de dar su punto aromático a un buen estofado de liebre o de jabalí principalmente.

 

Las hojas de laurel se conservan durante todo el año, son duras y correosas, de figura de hierro de lanza, su color es verde oscuro en el haz, algo más pálidas en el reverso. Florece en primavera, y se cría en los barrancos sombríos y húmedos de las provincias del litoral. Del laurel hay una especie que hace la hoja estrecha y otra que la produce más ancha. Sus hojas verdes majadas y usadas en forma de cataplasma actúan contra las picaduras de las avispas y de las abejas. Mezcladas con un poco de agua y harina y, con migas de pan, mitigan las inflamaciones. Otras de las virtudes del laurel son: carminativo, digestivo, antiespasmódico, antiséptico, diurético...