El comino es una hierba anual que crece hasta 2 palmos de altura, con las hojas divididas en segmentos muy delgados. Las flores blancas o sonrosadas, se agrupan en umbelas de muy pocos radios. El fruto es alargado, más o menos atenuado en sus extremos, un poco comprimido lateralmente. Florece a partir del mes de junio, y madura sus frutos en verano.

 

Se cría, raras veces en nuestro país, porque sólo se cultiva en contadas localidades, y en pocos casos se le halla cimarrón; es la planta originaria de Turquestán. Los frutos o cominos contienen cantidades de esencia que, según el país de procedencia, varían entre 2,5 y 4%. También contienen un 10% de aceite.

 

Se emplean en polvo o en infusión, y la dosis normal es de 1 gramo después de comer y otro después de cenar; o bien, en forma de tisana. Los cominos sirven también para preparar diversos licores de los llamados digestivos o estomacales. La virtud de los cominos es que son tónicos y excitantes del estómago y, por tanto, aperitivos. Se tienen por estimulantes del peristaltismo y  carminativos.