El puerro se cultiva un poco menos que el ajo o la cebolla; sin embargo es una hortaliza muy apreciada. Desde el punto de vista botánico, se distingue el puerro de invierno y el de verano, siendo mucho más extendido el primero. El de verano tiene un periodo vegetativo más largo, sus tallos son más cortos y gruesos, se conserva muy bien y es resistente al frío. El de invierno madura antes, se desarrolla más deprisa, sus partes comestibles son más largas, pero es demasiado sensible a las heladas.

 

El puerro, también conocida como porro, presenta una cantidad importante de fibra, responsable de asignarle la propiedad digestiva a esta planta, además de aportar una gran variedad de vitaminas  y minerales.

 

El consumo del puerro es recomendable para personas que tienen antecedentes de trombosis, ya que, esta hortaliza mejora la circulación sanguínea. Es un gran aliado en casos de obesidad por tener muy pocas calorías, es laxante y diurético, también es muy beneficioso para los catarros respiratorios y los problemas de garganta.

Sobre todo, en forma de sopa, es un excelente aliado en casos de fiebre, problemas renales y gastrointestinales.